La fisioterapia no solo se enfoca en mejorar dolencias físicas; también tiene un gran impacto en la salud mental. Las personas que sufren de dolor crónico o que se están recuperando de una lesión, a menudo experimentan altos niveles de estrés, ansiedad o incluso depresión. Aquí es donde la fisioterapia juega un papel crucial. A través de ejercicios y técnicas personalizadas, los pacientes pueden no solo aliviar el dolor físico, sino también liberar tensiones emocionales.
Los ejercicios de fisioterapia ayudan a reducir el cortisol, la hormona del estrés, mejorando el estado de ánimo y promoviendo la relajación. Además, el hecho de recuperar la movilidad y funcionalidad genera una sensación de logro y aumenta la confianza en uno mismo, lo cual es clave para el bienestar psicológico.
La fisioterapia también puede incluir técnicas de respiración y relajación muscular que ayudan a reducir la ansiedad. En conjunto, el tratamiento no solo sana el cuerpo, sino que contribuye a un estado mental más equilibrado.